Poner en a fuego medio una cazuela de barro con el aceite.
Rehogar el ajo sin que coja color y se retira la cazuela del fuego dejándola atemperar un poco.
A continuación, incorporar las kokotxas sazonadas con sal y con la piel negra hacia abajo.
Dejar reposar las kokotxas tapadas, con el fuego muy suave.
Dar de vez en cuando un movimiento de rotación en la cazuela, durante unos 5- 10 minutos.
Añadir el Txakolí.
Subir la temperatura del fuego, coger la cazuela entre las dos manos y se hace rotar con el movimiento característico para que vaya ligando la salsa y cogiendo temperatura, hasta que comience el hervor muy suave al "pil-pil".
Añadir la guindilla y por último el perejil picado.
(Opcional). Según se quieran las kokotxas picantes o no, se incorpora la guindilla desde el principio, a media cocción, o al final, si se quieren muy suaves.
Para rebajar el espesor resultante de la emulsión del ajo, la gelatina de las kokotxas y el aceite se puede hacer con una cucharada de caldo de pescado, o de agua.
También se puede hacer con unas gotas de vino blanco o de Txakolí.
Sevir 8 unidades de kokotxa por ración.