En nuestra ruta hacia Laguardia, hicimos una primera parada en Briñas, donde nos recibieron con gran amabilidad Marga Trujillo y su amiga Begoña en la Bodega de Ramón de Ayala e Hijos. Allí disfrutamos de un merecido tentempié que nos permitió reponer fuerzas y seguir disfrutando de un día espléndido.

Tras visitar el encantador pueblo medieval de Laguardia, nos dirigimos a la Bodega Luis Alegre, donde nos ofrecieron un almuerzo de primer nivel: patatas a la riojana, carrilleras de ibérico con salsa de queso Idiazábal y patatas panadera, y como broche final, una deliciosa tarta de queso de la viña. Todo ello maridado con vinos blancos y tintos de la propia bodega, elaborados con mimo y tradición.

La visita a la bodega fue especialmente interesante. Conocimos sus modernas instalaciones y descubrimos sus técnicas de elaboración, desde los depósitos de hormigón hasta sus toneles de roble francés, donde envejecen caldos que alcanzan su mejor momento gracias al trabajo constante y al cuidado proceso de evolución que han perfeccionado en los últimos años. El recorrido por sus viñedos, con vistas espectaculares a la Sierra Cantabria, y la cata final, nos dejaron completamente encantados.

Guiados por el responsable de Marketing, disfrutamos de explicaciones claras y detalladas sobre los secretos de su producción, lo que nos permitió valorar aún más la calidad de sus vinos y de toda la tradición vinícola de la Rioja Alavesa.

Antes de regresar, y por decisión democrática, hicimos una última parada en Labastida para cerrar la jornada con un refrigerio. Finalmente, volvimos a casa con la satisfacción de haber vivido una experiencia única, perfectamente organizada.

Una jornada que quedará en el recuerdo de nuestro 125 Aniversario, y que no habría sido posible sin la colaboración de Javier Murua (Grupo Muriel), Marga Trujillo (Viña Santurnia, reconocido como el segundo mejor vino blanco de cosechero de Rioja 2025 con Deóbriga), y el excelente servicio de catering para nuestros socios y acompañantes.